Leyendas urbanas de lactancia materna

Hay miles de consejos que las madres escuchan constantemente respecto a la lactancia que, en su mayor parte, podríamos denominar «leyendas urbanas de lactancia». Toda una serie de falsos mitos respecto a dar el pecho que lo único que consiguen es dañar a la madre que quiere dar el pecho y al bebé que no ve sus necesidades cubiertas.

Con el fin de ayudarlas, hemos elaborado una pequeña lista con una serie de “recomendaciones” comúnmente aceptadas, pero que conviene quitarse de la cabeza.

Algunas de estas leyendas urbanas de lactancia son:

La toma NO debe durar más de 5-10 minutos

Cada niño es diferente y tiene ritmos propios. Hay algunos pequeños que succionan muy deprisa, de forma que se sacian rápidamente, mientras que los hay más lentos que necesitan más tiempo. El flujo de emisión de leche materna también es diferente. Por tanto, si se lacta mirando el reloj, corremos el riesgo de impedir que el pequeño complete la toma. Ante esta situación, lo mejor es observar al bebé y dejarse guiar por él. La naturaleza es muy sabia y cuando él esté satisfecho, él sólo dejará de chupar, como nos ocurre a nosotros, los mayores, cuando estamos saciados.

El bebé siempre succiona de ambos pechos en una misma toma

Es aconsejable ofrecer siempre al bebé de ambos pechos, sobre todo para favorecer el vaciado y evitar mastitis, pero no todos maman de ambos, ni lo hacen todas las veces. Si en una toma el bebé sólo ha tomado de un pecho, la siguiente vez hay que ofrecerle el otro. Y es muy importante estar pendiente de sus ritmos y necesidades.

La leche de la madre pueda ser de baja calidad y obstaculizar el crecimiento del bebé

Cuando un bebé tiene problemas de peso hay que acudir al pediatra para descartar cualquier patología. Si se descartan y persiste, hay que visitar a una asesora de lactancia, IBCLC o matrona para que compruebe si la transferencia de leche es adecuada, puede no serlo por problemas de agarre, o si se está dejando acceder al peque al pecho a demanda, sin pautas ajenas a él. Solo en casos de gran desnutrición podría haber un problema con la leche de madre.

Los bebés que toman el pecho cuando quieren se vuelven más mimosos

Es un pensamiento generalizado el creer que si de pequeñitos se responde a sus necesidades, los niños crecerán excesivamente mimados. El hecho de dar el pecho al pequeño no significa que vaya a adquirir un vicio. La clave está en la forma de darle lo que necesita para garantizar un crecimiento óptimo. Además, se ha demostrado que, en ningún caso, adquirirá malos hábitos, sino mayor seguridad en sí mismo.

Fuente:

Leyendas urbanas de lactancia (suavinex.com)